Creado hace casi 70 años, el fusil de asalto AK-47 (más conocido como Kaláshnikov) sigue siendo el favorito de ejércitos, guerrilleros y terroristas.
Con alrededor de cien millones de unidades desperdigadas actualmente por todo el planeta, este dudoso honor le corresponde al AK-47, acrónimo de Avtomat Kaláshnikova modelo 1947. Se trata de un fusil de asalto diseñado en la década de los cuarenta por Mijaíl Kaláshnikov, fallecido en 2013 a la edad de 94 años. Este militar soviético resolvió un conspicuo problema: dar con un arma de cartucho medio que aunase alcance y cadencia, o sea, la cantidad de proyectiles que es capaz de disparar en un determinado periodo de tiempo.
De sencillo manejo, el AK-47 –más conocido como Kaláshnikov– ha sido adoptado por medio centenar de ejércitos regulares, además de infinidad de milicias, guerrillas y grupos terroristas que aprovechan su disponibilidad en el mercado negro.
Cuando al inventor le reprochaban el impacto mortífero de su creación, solía responder que no lo había ideado para atacar, sino para defender; sobre todo, las fronteras de su patria, como cuenta David Losa en el último número Extra de Preguntas y Respuestas de Muy Interesante. “Duermo bien. Los políticos son los culpables de no haber llegado a un acuerdo y recurrir a la violencia”, argumentó Mijaíl Kalashnikov en 2007.
Con un calibre de 7,62 mm, el arma pesa algo más de cinco kilos cuando está lleno su cargador con capacidad para treinta balas, que puede ser vaciado en solo tres segundos. Aunque la licencia pertenece a la compañía rusa Corporación Kaláshnikov, se fabrica actualmente en más de treinta países.
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