Muchos ataques informáticos tienen como objetivo el robo de información. Quizás pienses que tu información no le importa a nadie, pero lo cierto es que te equivocas; de hecho, esa creencia es muchas veces la responsable de que bajemos la guardia y no dediquemos esfuerzos a proteger nuestra información como toca.
La seguridad es un reto constante en internet para cualquier usuario y, pese a no ser técnicamente expertos en la materia, debemos aprender a proteger nuestra información en los entornos digitales.
Ponte en la piel de un ladrón: si tuvieras que robar una casa, ¿que casa elegirías?
– La que tiene alarma, iluminación exterior, un perro, rejas y puertas blindadas.
– La que no tiene nada de eso.
En el mundo online pasa exactamente igual, hay verdaderas organizaciones buscando identidades sin proteger que no les supongan ninguna dificultad o a usuarios susceptibles de morder los anzuelos que lanzan a la red. De ellos viven y con ellos hacen su agosto.
Cómo lo hacen
Los atacantes emplean diferentes formas de obtener información, que van desde técnicas muy rudimentarias hasta sofisticadas estrategias de ingeniería social, y ninguna debe subestimarse.
Entre las principales podemos enumerar las siguientes:
* Dumpster diving: para encontrar archivos de papel descartados en papeleras, contenedores, CDs, USB, discos duros, etc.
* Phishing: correos electrónicos fraudulentos que suplantan la identidad de entidades conocidas para engañar al usuario y robar su información.
* Ingeniería social: obteniendo la confianza de la víctima y a través del engaño, por teléfono, online, por correo postal o por correo electrónico para extraer información personal.
* Navegación: algunas páginas pueden descargar malware para sustraer información o tomar el control de nuestro equipo, incluyendo la webcam.
* Software gratuito: es un clásico en el robo de información, recuerda que cuando algo es gratis, el producto eres tú.
Hábitos seguros:
– Aprende a detectar sitios web y correos phishing: comprueba siempre los enlaces, no abras correos electrónicos de fuentes no solicitadas o direcciones desconocidas y no facilites información sensible por correo electrónico.
– No descargues ni ejecutes adjuntos de procedencia dudosa, puedes estar abriendo la puerta a un atacante. Además ten especial cuidado si vas a abrir un correo de la bandeja de spam.
– Utiliza siempre contraseñas robustas y diferentes en cada uno de tus servicios; recuerda que si alguien consigue hacerse con una contraseña intentará probarla en todos los demás servicios.
– Siempre que puedas utiliza el doble factor de autenticación para obtener una capa más de seguridad.
Con información de
Ana Gómez Blanco/BBVA
https://www.bbva.com/es/robo-informacion-personal-puedo-protegerme/
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