Cuando estamos inmersos en una vida ajetreada, suele ser tentador el recurrir a una serie de sustancias conocidas como tranquilizantes, porque “necesitamos sentirnos más relajados” o “requerimos dormir mejor”. Sin embargo, dichas sustancias no son una solución, sino una salida fácil para evitar hacernos de hábitos disciplinados y sanos y, dicho sea de paso, con notables y muy dañinos efectos para nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestro desempeño social, personal y laboral.
Dentro de esta categoría se encuentran los medicamentos utilizados para tratar el estrés, la ansiedad o conciliar el sueño. En el corto plazo generan aislamiento, cansancio y disminuyen la reacción emocional. En el largo plazo generan cambios en el peso, dificultades para conciliar el sueño y alteraciones de los periodos menstruales.
De acuerdo con la información de prescripción de estos medicamentos, se supone que son para ser usados sólo por períodos cortos. A causa de su adicción, no deben ser usados por más de unos pocos meses, como máximo, porque después de eso, dejar de usarlos puede producir síntomas de abstinencia que pueden ser incómodos o francamente peligrosos.
Para algunas personas, bastarían un par de semanas de abuso para crear la adicción. Pero, por supuesto, un adolescente o un adulto joven abusando de esta categoría de medicamentos puede que no sepa nada acerca de esta advertencia. Éstos son algunos de los tipos de lesiones físicas que pueden resultar del abuso de sedantes o tranquilizantes:
- Lesiones en las áreas centrales del cerebro
- Daños en el hígado
- Lesiones a sí mismo y riesgo de suicidio
- Problemas respiratorios
- Efectos sobre el embarazo
Los tranquilizantes son unos de los medicamentos más peligrosos por dos motivos:
- pueden llegar a ser vistos con una “necesidad real debido al estresante tren de vida” y
- la mayoría son sumamente adictivos.
Así pues, lo que pareciera una salida sencilla para lo estresante de nuestra vida, puede ser la caída en una espiral de daño cada vez más severo, incluso un camino hacia la muerte.
Nunca consumas medicamentos no recetados por un profesional y busca ayuda para manejar tu ansiedad y estrés.