Hay que tener mucha… para poder afrontar los retos de la vida, los que no la tienen o tienen poca son los que incumplen con sus labores como ciudadanos y personas de familia. Misma palabra, diferentes significados, pero ser madre va más allá de un simple concepto o día.
Es cierto que a nadie le enseñan a ser madre, pero en ocasiones pareciera que las mujeres traen precargada esta información en su código genético, porque muchas de ellas manejan el arte de la maternidad con tal maestría que pareciera que lo han hecho toda la vida, aunque sea el primer hijo.
Sin embargo, a pesar de la trasendencia infinita que tiene el ser madre, muchas veces no lo valoramos lo suficiente. Tal vez porque es algo muy natural, de todos los días, que evita que nos maravillemos con las actitudes de una madre frente a sus hijo.
La forma en la que despierta a su hijo por la mañana para ir a la escuela y tiene ya listos mil y un argumentos para responder el “¿por qué tan temprano?”, “cinco minutos más”, “ya no quiero estudiar”, tan convincentes que lo único que queda es atender al llamado. O si ya no se podía con el argumento, no había “porque lo digo yo” que no rompiera con cualquier discusión o debate infructífero.
Y así podríamos señalar muchos momentos y aspectos de la vida de una madre, pero faltaría espacio en esta nota para describir el por qué, si hemos logrado tanto en esta vida, ha sido por ella, por la mamá, la jefecita, la mamita…
Desde aquí quiero hacer un reconocimiento a todas las madres que día a día hacen que esta familia sea mejor; que con su entrega, sus enseñanazas y consejos, pero sobre todo con su ejemplo, nos han permitido conseguir todos estos logros.
Desde el fondo del corazón… ¡Muchas felicidades!
Cmdt. Jonathan Morales
#SOYCONSEG