Cuando eres niño, muchas de las cosas que aprendes son porque debes hacerlo, esto cambia al ser adulto, pues es más una cuestión de convicción que de obligación.
Inclusive, hay quienes prefieren dejar ir una oportunidad laboral porque esto les implica tener que aprender cosas nuevas.
Entiendo que muchas veces puede ser el miedo a no tener la capacidad para adquirir un nuevo conocimiento, el temor al fracaso condiciona las acciones que realizamos. Es por eso que el aprendizaje, principalmente en adultos, es una cuestión de disposición.
Cuando nos ponemos a disposición de alguien implica que nos ofrecemos para alguna necesidad que tenga o apoyo que podamos brindar. Tener disposición para aprender implica quitarnos los prejuicios, “estoy muy grande para eso”, “ya no necesito aprender más”, “a mí nunca se me dio la escuela”, y escuchar y captar todo aquello que nos quieran enseñar. Ser humildes y reconocer que no lo sabemos todo (como dijera Socrates, “Solo sé que no sé nada”)
Obviamente esto va a costar mucho trabajo. Con la edad, la habilidad para aprender se va debilitando, y más si no la ponemos en práctica; por lo que un conocimiento nuevo nos puede implicar el doble de esfuerzo, inclusive el triple, que a un joven o un niño.
En Conseg buscamos que nuestros colaboradores estén aprendiendo algo nuevo día con día, es por eso que casi todas las acciones que realizamos con ustedes implican la adquisición de un conocimiento. Desde la capacitación inicial hasta el aprendizaje de las consignas, nos obligan a generar conocimientos nuevos que puedan ser aplicados de forma inmediata en el trabajo día con día.
Yo te invito a que hagas a un lado el miedo u salgas de tu zona de confort y emprendas el aventurado camino del aprendizaje, no importa la edad o el nivel escolar que tengas, ¡aprende!, y verás como con constancia y disciplina te irás convirtiendo en un experto en todo lo que hagas.
#SOYCONSEG